Primera salida: Isidro Casanova

Horario de salida: 03:30
Lugar de Salida: Plaza Flores
Destino: Isidro Casanova
Elementos: Una raqueta sin encordado y una Guía T
Participantes: Dis, Seba, Santy y yo

Ahí estamos los cuatro parados sobre Avenida Rivadavia, en la cuadra de la plaza, decididos a tomar el primer colectivo que pase, sin destino preciso. Es obvio que no va a haber que esperar mucho tiempo para que llegue algo donde nos subamos. En mitad de cuadra, apenas delante nuestro, una pareja está parada esperando alguno de los muchos colectivos que pasan por ahí. Aparece el 96, Ramal Esperanza kilómetro 38 y estamos seguros que es éste, que nos tenemos que subir.
Estamos arriba y empezamos a revisar el recorrido del bondi, a ver donde mierda vamos a caer. Después de eso, no hace falta que pasen 10 minutos para que los cuatro nos pongamos de acuerdo en que esta era definitivamente la idea más pelotuda que habíamos tenido en todas nuestras vidas.
Igual la charla era animada, y yo estaba seguro de que íbamos a zafar, aunque un mensaje de texto de Tomás aseguraba que nuestro destino era morir. Cuando pasamos la Estación Liniers, estaba todo increíblemente sombrío y ya habíamos empezado a especular con el lugar donde nos podíamos bajar. Ramos Mejía era algo demasiado parecido a todo, había demasiado movimiento para nuestro gusto, igual que el bondi, que de a poco se iba llenando. Llegar hasta la terminal no era una opción porque ya eran las 4 de la mañana y para ese momento ya teníamos sueño. Ahí nos pusimos de acuerdo en bajar cuando bajara la mina que había subido en Plaza Flores con nosotros, que había dicho que iba a Isidro Casanova.
Jamás nos sentimos tan lejos de casa en nuestras vidas como cuando nos bajamos. Era plena ruta y un cartel inmenso indicaba km. 23. Cuando bajamos no teníamos ni la más puta idea de que hacer, así que empezamos a caminar por el costado de la ruta y con un olor a cloaca que metía miedo, con una estación de servicio como destino. Entramos a la Esso de Ruta 3 a las 04:37 , no había nadie más que la empleada y nosotros sentados como una unida familia de gente con problemas. Cruzamos la ruta rumbo a otra estación de GNC, donde compramos las golosinas más caras de la historia, después de rechazar los exuberantes precios de las Tortitas Black y los Kinder.
Con los diez minutos que llevábamos ahí perdimos un poco el miedo y agarramos por la Avenida un par de cuadras, mientras pasaban por al lado algunos autos, aunque nosotros estábamos más atentos al baldío y la escuela que teníamos enfrente. Llegando al final de la cuadra siguiente, había una gomería y a la vuelta, una calle bastante oscura y teníamos que decidir si doblar o no...







Esto es una locura, la Bichy era la gaseosa sensación junto con la Manaos, acá hay cuatro botellas juntas, incluyendo una de Bichy tónica. Está claro que los muchachos que compraron esas cuatro botellas ahora están muertos, y no es un prejuicio nosotros mismos probamos este veneno alguna vez